Contra los suspensos un buen desayuno

Los alumnos que no hacen la primera ingesta del día presentan un peor rendimiento físico y mental

Niños dormidos encima de los pupitres, o que necesitan urgentemente un tentempié para poder proseguir con las clases, … La realidad es que los alumnos que no desayunan de una manera completa y equilibrada presentan un peor rendimiento físico e intelectual y una menor capacidad de atención y concentración, según los profesores de Educación Primaria encuestados en el estudio «El desayuno y el rendimiento escolar» elaborado por Kellogg’s. Los resultados de este informe son desalentadores. A pesar de las terribles consencuencias que no desayunar tiene en las notas, en nuestro país existe todavía un 10% de los niños de entre 6 y 12 años que por las mañanas no toma nada a diario. Y entre los que sí desayunan, un 8% no lo hace en casa, (sino bollería industrial en el coche, o por el camino), y un 15% desayuna solo, sin la supervisión de un adulto. «Afortunadamente, más de la mitad de los niños desayunan a diario en casa, o con sus padres o con toda la familia, que es el escenario más idóneo para desayunar», en opinión de los profesores.

Falta de hambre

Pero, ¿cuáles son los motivos que pueden llevar a un niño a no hacer esta primera comida del día? La encuesta señala que un significativo 70% de los niños que no desayunan no lo hace por falta de apetito. «Pero es normal que no tengan apetito, porque al levantarles con prisas y salir corriendo de casa al cuerpo no le ha dado tiempo a sentir la sensación de hambre», explica la doctora Margarita Alonso, doctora en Medicina con especialidad en Pediatría y especialista en aparato digestivo y nutrición. Lo que Alonso propone es, sencillamente, «despertar al niño antes para enseñarle a que tiene que aprender a desayunar con calma». De esta forma, añade, el pequeño tendrá al menos 10 o 15 minutos para hacer un desayuno equilibrado, que es aquel que contiene un producto lácteo, una pieza de fruta o zumo, e hidratos de carbono, a poder ser de lenta absorción.

La importancia del sueño

Claro que para eso, también hay que acostarles antes. La realidad es que más de la mitad de los niños entre 6 y 12 años confiesa levantarse con sueño. En este sentido el doctor Estivill, pediatra especialista en sueño y autor de libros como «¡Duérmete niño» y «¡A comer!», advierte que los niños españoles se acuestan un promedio de una o dos horas más tarde de lo que deberían hacerlo, lo que repercute en un sueño más corto y de peor calidad. «Y esto a causa de los horarios que seguimos en España, donde los horarios laborales terminan muy tarde y obligan a toda la familia a rutinas totalmente inadecuadas con respecto al sueño», señala.

Estivill además asegura que el sueño es «como un taller en el que se da una reparación física y psíquica, imprescindible para tener un día con un buen estado de alerta, capacidad mental para aprender conocimientos y energía para realizar todos los actos que la requieren. Entendiendo esta función de taller que realizamos durante el sueño, en esta franja de edad que va desde los 6 hasta los 12, los científicos nos indican que el número de horas ha de ser entre 10 y 11». 

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