El Gobierno quiere instaurar una reválida al final de todas las etapas educativas, es decir, exámenes nacionales externos que han de pasar todos los alumnos para poder continuar estudiando. También en primaria, aunque con peculiaridades: si un alumno la suspende porque no alcanza conocimientos mínimos en las materias básicas de matemáticas o lectura, y no ha repetido antes ningún curso, no podrá pasar a secundaria: deberá volver a estudiar 6º (11-12 años). Pero si el estudiante que la suspende ya había sido repetidor, pasará a secundaria, pero con una notificación para que pueda tener apoyo escolar.
Esta reforma —ley de mejora de la calidad educativa— se empezará a discutir ahora con la comunidad educativa, sindicatos y partidos para intentar conseguir el mayor acuerdo posible, dijo ayer el ministro de Educación, José Ignacio Wert tras el Consejo de Ministros. Fuentes del ministerio aseguran que están dispuestos a negociar para alcanzar el mayor consenso, pero no a renunciar a los principios básicos de su propuesta. El objetivo es tenerla redactada en octubre para empezar a tramitarla en el Congreso antes de que termine el año. Así, podría desplegarse por todas las etapas en los tres años siguientes a su aprobación, momento en el que llegarían esas reválidas.
Estas pruebas externas supondrán, al finalizar el bachillerato, el fin de las pruebas de acceso a la Universidad (Selectividad). Además, Educación prevé una reducción de la carga de asignaturas —pequeña en primaria, más intensa en la ESO y, sobre todo, en bachillerato— para reforzar el tiempo dedicado a las materias básicas: Lengua, Matemáticas, Ciencias e Inglés. Educación prevé aumentarlo un 25% en las dos etapas de la secundaria. Asimismo, se eliminará Educación para la Ciudadanía en primaria y en la ESO, con contenidos limados, será Educación Cívica y Constitucional. Solo se podrá pasar de curso con dos suspensos (ahora se permite con tres si así lo deciden los profesores). Se eliminará asimismo el apellido de Ciudadanía a la materia de Filosofía de 1º de bachillerato.
Además, se adelanta a 3º de la ESO, aunque tímidamente, la elección del curso que conduce a la FP o al bachillerato, con algunas materias optativas; y en 4º los itinerarios hacia una enseñanza u otra ya estarán “bien diferenciados”. “Estamos marcando un camino distinto para que la elección se anticipe como mínimo un año”, indicó Wert. Educación confía en esta fórmula para reducir el abandono y el fracaso escolar y para guiar a más alumnos hacia la FP de grado medio. La Ley de Calidad (LOCE), aprobada durante la etapa de Gobierno del PP en 2002, que tumbó el PSOE al ganar las elecciones, preveía itinerarios desde 3º. Los programas de cualificación inicial (alternativas a la ESO para que los chicos en mayor riesgo de fracaso empiecen a aprender un oficio) se podrán empezar en 2º de ESO si el alumno ha cumplido 15 años, es decir, si ya ha repetido dos veces. Esto ya lo preveía la reforma hecha por el anterior Gobierno del PSOE y paralizada por el actual. También preveía aquella norma un 4º de ESO con tres itinerarios.