La masculinización del mercado laboral es una posibilidad cada vez más real si la crisis económica persiste y se recortan drásticamente las ayudas contempladas en la Ley de Dependencia. ´´Si no se pueden mantener los servicios sociales, será una tremenda amenaza para las mujeres´´, alerta la profesora María Ángeles Durán, del Centro de Ciencias Sociales y Humanas del CSIC. El alto precio de las residencias y las guarderías, y la dificultad para pagar el servicio doméstico pondrá a muchas trabajadoras en la necesidad de buscar fórmulas para cuidar de sus familires dependientes, incluido abandonar su trabajo.
El coste económico del cuidado de los dependientes es muy elevado: superior a los 1.100 euros mensuales y alcanza los 1.500 euros (de media) en los ingresos en residencias no subvencionadas. Si un familiar decide dejar su empleo para cuidar de alguien, la pérdida económica para el hogar es de 20.000 euros al año.
´´Es necesario que los jóvenes y los hombres se impliquen más en la atención de los familiares que necesitan ayuda´´, insiste Durán, un cambio de mentalidad necesario para abordar el problema actual y futuro, ya que las previsiones apuntan a que en 2050 el 46% de la población necesitará que le cuiden. ´´Más de la mitad de las personas, aseguran que les gustaría llevarse a su casa a los familiares para cuidarlos, una preferencia que tiene menos seguidores entre las clases de mayor nivel socioeconómico, que se decantan por atender a sus familiares pero sin que abandonen su hogar´´.
Durán, que ha coordinado el informe El trabajo no reumunerado en la Economía Global, realizado por investigadores del CSIC para la Fundación BBVA, comenta que en algunos países existen fórmulas para hacer más llevadera esta labor. ´´En Alemania existe la figura de la ´madre de día´, que es una vecina del barrio que se hacer cargo de cinco o seis niños. Esta idea podría ser buena también en España, pero la inflexibilidad de nuestra legislación hace que sea muy díficil´´.
En los últimos años, la empleadas domésticas han asumido el cuidado de los dependientes y del hogar. Este sector supone una importante bolsa de trabajo sumergido que no computa en el PIB. Para aflorar esta economía, el Gobierno obliga a empleados y empleadores a regularizar su situación, con escaso éxito. ´´A los trabajadores no les interesa porque verían fuertemente reducidos sus ingresos, y los que emplean tienen que pagar a la Seguridad Social unas cantidades importantes que luego no se pueden desgravar. Pero si fuese un sector subvencionado también generaría un problema…´´, dice la investigadora.
Obligados a emigrar
Además, buena parte de esas tareas recae sobre inmigrantes (hasta un 2,5 de millones de trabajadores), que ´´generan en sus países de origen situaciones como que las abuelas hayan tenido volver a adquir un papel relevante en las zonas que se están despoblando de mujeres jóvenes o que las remesas de capital que envían desde España son mayores que la exportación de materias primas´´. Sin embargo, con la crisis también está cayendo este sector; según la EPA, en el último año hay 70.000 empleados domésticos menos.
Y a pesar de las dificultades económicas por las que atraviesan los países desarrollados, siguen siendo un reclamo para los habitantes de las zonas más desfavorecidas. Según ha constatado el informe (realizado a partir de la investigación desarrollada en los últimos cinco años), ´´el 16% de la población mundial asegura que no le importaría cambiarse de país. España figura en el quinto lugar preferido para emigrar (al menos ese era el puesto hace dos años, tal vez haya bajado algo últimamente), de tal manera que, potencialmente, a nuestro país podrían llegar hasta 35 millones de inmigrantes en los próximos años´´.
El panorama es ciertamente sombrío. María Ángeles Durán admite que los recortes en la Ley de la Dependencia pueden tener un impacto dramático pero ´´si no hay dinero, de algún sitio habrá pagarlos. Las familias están haciendo un tremendo esfuerzo y ya están exhaustas, pero me temo que habrá que seguir trabajando mucho en este sentido´´.
¿No hay salida a esta situación? ´´España ha sido un país de emigrantes y tal vez tenga que volver a serlo. Los españoles tendrán que ir a buscar empleo donde lo haya. Es dramático para el país perder una generación de jóvenes excelentes. Nos falta una preparacion para la adversidad y el conflicto´´, insiste la profesora.